LIMPIA BIEN
Deshazte del jabón en barra y usa un limpiador facial afín a tu tipo de piel. Los geles, lociones y espumas trabajan de maneras diferentes dependiendo de tus necesidades. Si tu piel es seca, elige una loción o leche de limpieza, en tanto para una piel grasa es mejor optar por un gel. Masajea suavemente tu cara con movimientos circulares y evita frotar ya que esto puede irritar tu piel. No olvides finalizar el proceso con un tónico que remueva los últimos restos de suciedad y maquillaje y que ayude a equilibrar la piel.
ORDENA TUS PRODUCTOS
Tener una rutina de cuatro pasos tiene beneficios a largo y a corto plazo. Maximiza el efecto de los productos que usas, dándote mejores resultados y una piel más saludable y joven. Lo primero que apliques será lo que más penetre la piel y debe tener textura liviana. Por eso, comienza con productos livianos hasta llegar a los más pesados. Luego de limpiar y tonificar, aplica tu crema de contorno de ojos, seguida por un serum y finalmente usa tu crema de día o noche.
TECLEA CON TUS DEDOS
Aplicar los productos con toquecitos o a modo de tecleo es mejor que frotar los productos, ya que estirar la piel puede contribuir a causar arrugas a la larga.
LA DIRECCIÓN CORRECTA
La crema de ojos debe ser aplicada desde la esquina interna hacia afuera y en la zona de afuera de los ojos, evitando el contacto directo con estos. En tu rostro, aplica desde la barbilla hacia arriba y desde los labios y nariz hacia afuera.