AGREGA UN POCO DE HIDRATANTE A TU BASE (¡Y BRONZER!)
Utiliza las últimas gotitas de tu base favorita añadiéndole un poco de crema hidratante para el rostro. Para la base, vierte un poco del hidratante dentro del envase, agítalo y aplícala. Para el polvo bronceador, combina ambos para crear tu propia crema con un toque de color.
SÁCALE PROVECHO A TU LIPSTICK FAVORITO
Quizá pienses que la barra de tu labial ya se ha terminado, pero la suerte existe, ¡y no se terminó! Usa un cotonete (¡no tu dedo!), para extraer lo último que queda de tu lipstick y aplícalo como normalmente lo harías sobre tus labios. O si prefieres ser muy ahorrativa, aplica un poco en los huesos de tus mejillas, como si se tratara de un blush en crema. ¡Haz maravillas!
SUPLE TU CREMA PARA AFEITAR CON TU ACONDICIONADOR
¿Quieres unas piernas suaves y sedosas, pero se te acabó la crema para afeitar? Confía en nosotros, esa botella de acondicionador que está a la mitad, funciona perfecto como un lujoso tratamiento y les dará un brillo extra.
NO TIRES EL APLICADOR DE TU MÁSCARA
Por supuesto que debes cambiar tu máscara cada 3 meses, pero eso no significa que también debes deshacerte de su aplicador. Simplemente enjuágalo y dale una segunda oportunidad, ¡puedes usarlo para arreglar tus cejas!
REUTILIZA DEL DISPENSADOR DE LAS BOTELLAS
¿Tienes productos con aplicadores o dispensadores? Usa el tubito del dispensador para raspar el fondo de la botella y aplica el producto directamente sobre tus manos. Se te facilitará mucho más si cortas las botellas por la mitad con unas tijeras, para llegar fácilmente al producto.